Qué aprendí para mi negocio de trabajar con clientes (realmente) grandes

Tener un negocio de verdad no es lo mismo que ser freelance.

Cada cosa tiene sus pros y sus contras: más o menos dinero, más o menos responsabilidades, más o menos tiempo libre, más o menos trabajo, más o menos (o mejores y peores) clientes…

En ambos casos se puede dar la situación de que llegue a tus manos un cliente importante. Con importante me refiero, hablando en plata, a que maneje un presupuesto mucho más alto de aquello a lo que estás acostumbrado.

Un cliente de otro nivel, vaya.

En ese momento, si no tienes experiencia, de forma inconsciente te pones a su merced. Y lo pasas mal, porque es mucho dinero y porque no quieres decepcionar a alguien que ha puesto tanta confianza en ti.

Bueno, pues yo ya he pasado por esa situación unas cuantas veces y me llevé cinco aprendizajes que me ayudaron, y mucho, a la hora de montar mi agencia.

¿Te los cuento?

#1 No existe el punto medio

Hay dos tipos de grandes clientes:

  1. Los que quieren controlarlo todo
  2. Los que no quieren saber absolutamente nada y prefieren dejártelo a ti

Los del caso 1 están hasta en la sopa. Has de estar muy pendiente porque entienden del tema y aunque hayan depositado tu confianza en ti, quieren revisarlo todo. No les vale con ser los que tienen la última palabra.

Por otro lado tenemos a los del caso 2, que prefieren despreocuparse totalmente del tema y opinar al final, cuando hagas la entrega correspondiente.

Los grandes clientes que he visto son así, de un tipo u otro. Si cae uno entre tus manos, prepárate para ambos casos: en uno, ten mucha paciencia y aguante y en el otro, seguridad al hacer un trabajo no supervisado.

Dicho queda.

#2 Puedes extraer conclusiones de todos tus trabajos

Esto es una de las cosas que más valoro de trabajar con grandes clientes: que se encargan de medirlo todo.

Cualquier acción, por pequeña que sea, se mira con lupa y se valora su repercusión.

Haces un cambio ligerísimo en el titular: se mide.

Añades una frase corta a un párrafo del copy: se mide.

Envías un email extra en un lanzamiento: se mide.

La analítica juega un papel fundamental en este tipo de clientes, por lo que en todo momento sabes si estás haciendo mejor o peor tu trabajo.

Eso para mí es importantísimo, ya que me dio fundamentos sólidos para evolucionar como copy y ahora los utilizamos para seguir creciendo como agencia.

#3 Tienes que estar muy disponible

Los grandes clientes tienden a saber que lo son, y esa posición de poder hace que no les sepa mal ocupar el tiempo de la persona o agencia que contratan.

Están en su derecho: lo que se arriesga es su dinero, así que cualquier cosa por hacer que llegue a buen puerto, siempre que se respete el buen hacer del profesional.

La cosa es que, en comparación con clientes más pequeños, los grandes siempre acaban necesitando más reuniones, más llamadas, emails y, si la analítica lo dicta, cambios de estrategia.

Si ese cliente grande, además, es de un lanzamiento, entonces prepárate para otorgarle un extra de disponibilidad porque se pivota mucho y hay tantos cabos sueltos que las llamadas y mails diarios son una realidad constante.

Disponibilidad máxima y casi total, vamos.

#4 Necesitas saber más allá de copy

Te contratan el copy, sí, pero buscan mucho más.

Valoran que tengas experiencia haciendo estrategia. Ya no es solo escribir landings o emails, sino que les digas qué está bien y qué está mal de la estrategia planteada.

Quieren que les des tu opinión y que aportes más allá de tus teclas como copy para mejorar la solución final, por lo que es interesante que el negocio refleje que sabe de lo que habla en todo momento y que no se limita a ser la mano ejecutora.

#5 Hazlo bien… y llegarán más

Este es el último aprendizaje, y posiblemente el más importante: si te esfuerzas y haces un trabajo inmaculado, a gusto de ese cliente, este se encargará de que te lleguen más.

Son personas con muchos contactos. Se mueven más que los clientes más modestos y conocen a mucha gente, y no dudan de recomendar tus servicios si terminan satisfechos con lo que hagas para ellos.

Por lo tanto, si en algún momento de tu carrera profesional tienes que dar un extra, hazlo con estos grandes clientes.

Conclusión

Desde que cogí mi primer gran cliente hasta ahora, que estamos trabajando con otros en la agencia, ha llovido muchísimo. ¡Qué diferencia!

Teniendo claro todo lo que te acabo de explicar, que lo aprendí estando ahí, he podido crecer y hacer del mío un negocio mejor.

Te recuerdo las claves:

  1. No hay punto medio: o están encima o te dejan completamente a tu aire. Necesitas paciencia y seguridad.
  2. Vas a poder aprender de todo aquello que hagas porque se miden todas las acciones.
  3. Necesitas un extra de disponibilidad.
  4. Debes reflejar que sabes más allá del copy. La estrategia es importante.
  5. Esfuérzate y dalo todo para que el cliente acabe contento, ya que te reportará más. Será tu mejor embajador.

Ahora tú: ¿has trabajado alguna vez con un cliente especialmente grande? ¿Cómo fue tu experiencia? ¿Te llevaste algún aprendizaje especial?

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